miércoles, 31 de diciembre de 2014

¿Dejar la esperanza o seguir viviendo?

Ando por los túneles subterráneos del metro Madrid. Es muy temprano. Una señora mendiga. ‘Por favor, una moneda, tengo no sé qué.’ No entendí bien lo que tiene, pero me imagino que mendiga porque le hace falta un ojo. 


Para mostrar que de verdad tiene una razón para mendigar, deja destapada su órbita. Veo un agujero abajo su ceja. Su órbita es carnosa y roja y le falta la pupila. Su cara alrededor de su órbita esta quemada. Tengo que pensar en una escena de la película Slumdog Millionair. Su otro ojo si esta. No la doy dinero.

Un rato después estoy esperando en la parada. El metro llega y me aparto para que una señora con ojos azules pueda salir del metro. Tiene ojos azul claro. Muy claro. Anda con un perro. Ahora lo veo. La señora esta ciega y anda con su perro que la guía.

Que chula, la señora. Usando el transporte público en la hora punta. Pienso en la mendiga. A veces es una cuestión de fuerza mental que hace la diferencia entre dejar la esperanza o seguir viviendo.

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